23 enero 2017

Nostalgia bizantina.

Hace ya realmente mucho tiempo que tres prohombres de la discusión mundial iniciaron un espacio donde esta notable práctica pudiera ser llevada adelante y cada uno pudiera mostrar sus habilidades, exhibiendo un ataque feroz que imposibilitara cualquier tipo de respuesta al mismo tiempo que desplegara una defensa insuperable que evitara cualquier tipo de daño ante lo que el rival pudiera llegar a decir.
Ya me imagino al inicio de esos tiempos gloriosos, época de Oro para la discusión, venir caminando a estos tres próceres (en cámara lenta y con música que realce su imponente figura ante la tarea a realizar). De un lado estaría Martin Von Pazzz, con su flamante doctorado en ciencias ocultas y todo su genio al servicio de destrozar contendientes en la dialéctica discuteril. Del otro lado se ubicaría Pablo Fratttini, el representante argentino que nos brindó tanto honor y orgullo con sus licenciaturas y su problemita ahí, en el coxis. Y en medio de ellos, el moderador, ejemplo de la corrección en la gresca verbal, ejemplo de adecuación a las reglas de la amada lucha gramática y ejemplo de cómo armar un bolichito sin tener un solo peso en el bolsillo; me refiero, por supuesto, a Adulfo Pistarino.
Contra viento y marea, ellos fundaron esta academia de la palabra certera. En realidad estaban en tierra y apenas había un brisita, pero con la mamúa que tenían encima lo vivían como si estuvieran frente a la peor tormenta en medio del océano. Ellos fueron recibiendo las consultas de muchos de nosotros que veíamos luz y queríamos entrar a ver de qué se trataba, hasta formar discutidores de medio pelo. Y bueno, milagros no podían hacer. Pero todos pudimos conocer a Bertha, la gorda perversa, y ella hacía maravillas con cada uno de nosotros.
Con el paso del tiempo, Mr. T y yo, Centauro, conseguimos convertirnos en discutidores federados, como nuestros ídolos y Don Muzza se puso en los zapatos de Pistarino, pero después se los cambió porque tenían demasiado olor.
Y así, hoy, recién empezado el 2017, invadido por la nostalgia, quiero gritarle a los cuatro vientos que el legado de Discusiones Bizantinas no está muerto ni olvidado, pero estoy afónico así que solo puedo escribirlo acá.

Salud, inmortales Discusiones Bizantinas, tu recuerdo nos acompaña siempre…

7 comentarios:

Mr. T dijo...

Por una vez voy a coincidir con usted, el legado está mas vivo que nunca. Alcanza con salir a la calle, ir a una reunión familiar, salir a dar una vuelta con el auto, o hasta prender la TV, para ver miles y miles de discusiones bizantinas. Lo único que varía es la calidad...

Nosotros éramos mucho mejores.

He dicho.

atte.

Mr.T

Centauro dijo...

Es así nomás, Mr.T, y ¿quien le dice? Tal vez la magia vuelva a aparecer...

Flor dijo...

Basta de nostalgia y más acción. ¡QUEREMOS DISCUSIONES YA!!!!!!!

Don Muzza dijo...

Estimados
Tendríamos que empezar una campaña para que aparezcan Von Pazzz, frattini y pistarino.

Sin olvidarnos del perro parrulo al que trataban para el culo.

Atte.- Don Muzza.-

Anónimo dijo...

El Plofe se la come

High Tong HO

Mr. T dijo...

Volvio el chino de mierda¡!

Centauro dijo...

Bienvenido, compañero oriental, cuánto extrañábamos su sabiduría.